El excandidato chileno y uno de los fundadores del Grupo de Puebla, Marco Enríquez-Ominami, compartió sus reflexiones sobre el impacto de la contundente victoria de Claudia Sheinbaum en las elecciones mexicanas del pasado domingo, destacando que representa un modelo que el progresismo latinoamericano debería considerar.
Enríquez-Ominami subrayó la importancia de aprender del enfoque adoptado por López Obrador y Sheinbaum, quienes lograron articular un proyecto político que abordó las frustraciones de la población. En contraste con otros países donde la frustración ha prevalecido sobre los modelos de desarrollo, México ofrece un ejemplo mundial de cómo un liderazgo capaz puede contrarrestar el avance de la derecha.
El político chileno enfatizó que fenómenos políticos como los de Milei en Argentina, Bolsonaro en Brasil, Meloni en Italia y Trump en Estados Unidos tienen en común el factor de la frustración como motor del voto, señalando que este no es un voto ignorante, sino uno motivado por la insatisfacción.
Destacó el papel de Sheinbaum en confrontar a la derecha durante los debates presidenciales, mostrando que la confrontación es un aspecto necesario en la política progresista.
La victoria de Sheinbaum, como candidata oficialista respaldada por el Movimiento de Regeneración Nacional, subraya la incapacidad de la derecha para obtener una respuesta similar a la del progresismo. México se destaca como una excepción en el panorama latinoamericano, tanto por su capacidad de reelección como por su ampliación de ventaja en diversos ámbitos gubernamentales.
En cuanto a la relación futura de México con América Latina y Estados Unidos, Enríquez-Ominami anticipa una profundización de los lazos regionales bajo el liderazgo de Sheinbaum. Destacó el interés manifestado por Sheinbaum en fortalecer los vínculos con América Latina durante una reunión con miembros del Grupo de Puebla.
Enríquez-Ominami también abordó la relación que el Gobierno de Sheinbaum mantendrá con Estados Unidos, anticipando desafíos pero elogiando la habilidad demostrada por ella y López Obrador en sus relaciones con Biden y Trump.
En resumen, la victoria de Sheinbaum en México representa un modelo político exitoso que el progresismo latinoamericano podría aprender y adaptar, no solo en términos de confrontación política sino también en la construcción de relaciones regionales sólidas y autónomas.